Feb 27, 2010



JMPG DESDE PUEBLA DE LOS ANGELES Y EL CAMOTE.!!!!!

Primero que nada les envió un cordial saludos a todos y cada uno de los miembros de este blog, y agradecer por ser considerado para este proyecto que tanto nos apasiona y une.
Yo soy aficionado de los vaqueros desde que tengo uso de razón, gracias al legado que me ha dado mi padre que al igual que todos ustedes es vaquero de hueso colorado.

Yo en realidad no se muy bien que voy a estar escribiendo en mis participaciones, pero bueno lo que se me ocurra en la semana lo enviare, no soy muy bueno redactando pero voy a hacer mi mejor esfuerzo y espero que mis comentarios, anécdotas, noticias, y demás sean del agrado de todos. Lo importante es que lo hago con muchas ganas y con todo el corazón azul y plata.

Con motivo de la celebración del 5o aniversario encontré un reportaje que trae una síntesis de la historia de los vaqueros que me gusto y quiero compartirlo con ustedes espero les guste
nos leemos pronto

Celebra los 50 años del corazón de plata

En el año de 1960 una estrella solitaria refulgió en el horizonte de la national football league para deslumbrar con su luz plateada y su tradición ganadora a propios y extraños. Los vaqueros de dallas entraron en la escena del fútbol americano profesional con un estilo de juego espectacular, poderoso y triunfador, pero siempre con la convicción de fastuosa caballerosidad en la victoria y la derrota. Tal sello le fue impreso a los texanos por su primer coach, el legendario tom landry, hombre serio, estudioso y profundo que simbolizó la templanza del corazón de plata.
El auge de dallas sobrevino en la década de los setenta con la obtención de dos súper tazones. Durante una época de dominio de los escuadrones de la conferencia americana, los vaqueros arribaron por vez primera al gran partido en la edición v aunque cayeron 16-3 ante los potros de indianápolis. Sin embargo, un año después, correspondió a la franquicia texana en representación de la conferencia nacional, adjudicarse el súper tazón vi, doblegando a los delfines de miami 24-3.
A partir de ese instante, la estrella solitaria se incrustó en los corazones de millones de aficionados, no sólo norteamericanos, también mexicanos, que encumbraron al conjunto a la categoría de “el equipo de américa”. En la primera mitad de la década comenzaron a circular en los medios de comunicación los nombres de destacados jugadores como los del quaterbacks roger staubach, el tacle defensivo bob lilly, los esquineros mel renfro y herbt adderly, y posteriormente, se aunaron a ellos, leyendas como el corredor tony dorsett, el tacle randy white y el ala cerrado jackie smith.
Los creadores de la devastadora defensiva del “día del juicio” regresaron al súper tazón x aunque se toparon ante la “cortina de acero” de pittsburg, que les superó 21-17. Landry y sus muchachos no se desanimaron y dos años después calzaron sus espuelas para domar a los broncos de denver en el súper tazón xii, mismo que ganaron por 27-10.
Pero el final de los setenta no podría estar completo sin un último desafío en el gran partido, protagonizado por los dos escuadrones más carismáticos de la época, los vaqueros de dallas y los acereros de pittsburgh. Ambos titanes se enfrascaron en una lucha pareja que se definió a favor de la “cortina de acero” 35-31. Sin embargo, en el tercer cuarto la historia bien pudo haber cambiado a favor de los texanos, si el ala cerrada jackie smith hubiera controlado el pase de staubach a las diagonales.
Culminó un tiempo glorioso para la estrella solitaria ya que a partir de ese instante se suscitó una debacle que llevó al “equipo de américa” a los últimos lugares de la liga. No hubo un recambio rápido de jugadores y la brecha generacional comenzó a ensancharse. Ya no había más staubach, lilly o renfro, los texanos deambulaban sin ton ni son en una década dominada por los 49’s de san francisco. Las esperanzas y los grandes ídolos (salvo el quaterback danny white) ya no aparecían en el “estadio texas”. Y en 1988 se suscitó la escisión texana.
Un empresario y multimillonario local, jerry jones compró la franquicia de los vaqueros de dallas, y como primera medida despidió a tom landry del puesto de entrenador general. La afición reprobó dicha acción y le dio la espalda al sustituto, jimmy johnson, que a pesar de no contar con experiencia en la nfl, había llevado a los huracanes de la universidad de miami al título colegial en 1987.
Landry dejó un legado a la estrella solitaria de 2 victorias en súper tazones, cinco campeonatos de la nfc, 12 títulos divisionales, 20 temporadas consecutivas con récord ganador, 18 asistencias a post temporada y una foja de 270 encuentros ganados, 178 perdidos y 6 empatados. Sin mencionar las enseñanzas que dejó a sus pupilos para enfrentar no sólo los escollos del emparrillado, sino también los de la vida, a través de conceptos como el honor, la caballerosidad, la eficiencia y el nunca rendirse ni dar marcha atrás.
La labor de jimmy johnson vino de menos a más. En su primera temporada perdió todos los partidos, y por ende, los fanáticos clamaban por la sangre del nativo de texas. Además, el enérgico y malhumorado entrenador cambió a filadelfia al que era su mejor jugador e ídolo local, el corredor herschell walker, por algunas selecciones colegiales en el draft. Con su extraordinario talento para formar jugadores, recluto a finales de los ochenta y principios de los noventa a un grupo de muchachos entonces desconocidos, entre cuyos nombres figuraban el quaterback troy aikman, el corredor emmith smith, el receptor michael irvin, el fullback darryll johnston y el ala cerrado jay novaceck.
El tiempo le dio la razón a johnson. Con esta nueva camada, se ciñó los súper tazones xxvii y xxviii, derrotando en ambas ocasiones a los bills de búfalo por 52-17 y 30-13, respectivamente. Quizá hubieran accedido hasta el súper tazón xxix, de no ser porque en 1994 enfrentaron en la final de la conferencia nacional a sus odiados rivales, los 49’s de san francisco, mismos que los derrotaron. Tras el fracaso y los conflictos que tenía con el dueño de la franquicia, jimmy johnson decidió renunciar al cargo. Pero se había convertido en el arquitecto que logró iluminar nuevamente el fuego del corazón de plata.
Para la siguiente campaña, barry switzer, el ex coach de la universidad de oklahoma fue contratado por jerry jones en el mando de los controles vaqueros. El éxito fue rotundo ya que dallas regresó al súper tazón, en su versión xxx para sacarse una espina que traía desde los setenta. Por fin, los texanos superaron a los acereros por 27-17 y de paso alcanzaban su quinto campeonato, igualando a san francisco, como los dos escuadrones que hasta ese entonces poseían más triunfos en el súper domingo.
Lamentablemente, la generación de aikman, smith, irvin, johnston, novaceck y nuevas figuras como deion sanders, nate newton, alvin harper, rusell maryland, chad hennings o larry brown comenzó a resentir los estragos del tiempo. En 1997 switzer salió por la puerta de atrás de la franquicia y en su lugar entró el ex coordinador ofensivo de pittsburgh, chan gailey, mas la debacle generacional era insostenible. Se le rescindió el contrato y al relevó fue promovido el coordinador defensivo dave campo.
A lo largo de la historia de los texanos, siete vaqueros tuvieron el honor de ser considerados los jugadores más valiosos de un súper tazón: chuck howley (super tazón v); roger staubach (super tazón vi); randy white y harvey morton (super tazón xii); troy aikman (super tazón xxvii); emmit smith (super tazón xxviii) y larry brown (super tazón xxx).
Hoy, los vaqueros de dallas celebran 50 años de existencia, iniciando una reestructuración que los conduzca a la grandeza. Poseedores del estadio más espectacular del mundo, el cowboy stadium, mismo que albergará el súper tazón del 2011, los pupilos de wade phillips albergan esperanzas en sus nuevas figuras. Los apellidos romo, austin, barber, ware, newman o jenkins podrían ser los pilares del sueño vaquero.
Los gigantes despiertan, las tradiciones ganadoras se mantienen y nuevos vaqueros volverán a cabalgar por las estepas de la gloria texana. Todo es cuestión de que los aficionados del “equipo de américa” no dejen de mirar al cielo, esperanzados en que de un momento a otro, la estrella solitaria volverá a inundar de luz al corazón de plata.

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