Se trata de la temporada más importante en la
carrera como entrenador en jefe de Jason Garrett con
los Dallas Cowboys.
Eso llega después del 2013, que había sido la más
importante. Y el 2012. Y probablemente la del 2011,
aun si se trató de su primera campaña completa como
entrenador en jefe y la temporada baja se vio
acortada por el cierre patronal. Se trata de Dallas,
después de todo, donde ganar es un derecho de
nacimiento, aun si esos aficionados nacidos después
del 28 de enero del 1996, nunca han visto a su equipo
llegar al Juego de Campeonato de Conferencia.
Pero ahora es de verdad. Este año --2014-- es el más
importante en la carrera como entrenador de Garrett.
Básicamente lo decimos porque no hay más opciones
para Garrett. No está bajo contrato para el 2015 con
los Cowboys. Está en un año de contrato del mismo
modo que lo están Dez Bryant, Bruce Carter y
DeMarco Murray.
La buena noticia para Garrett es que las expectativas
externas nunca han sido más bajas durante su
mandato como entrenador en jefe de los Cowboys.
Las predicciones de temporada baja, que no importan
demasiado de todos modos, pronostican a los
Cowboys registrando marcas entre 8-8 a 5-11 o peor.
La mala noticia es que tiene una defensiva con un
montón de interrogantes en todos los niveles. Elijan a
un liniero defensivo y hay dudas. Elijan a un
apoyador y hay dudas. Elijan a un back defensivo no
llamado Barry Church u Orlando Scandrick, y hay
dudas.
A la ofensiva, las cosas lucen mucho mejor, proveído
que el mariscal de campo Tony Romo sea capaz de
volver de una cirugía de espalda y jugar a un nivel
alto. Para algunos esa podría ser una condicionante
mayor considerando la edad de Romo (34), pero el
sentimiento generalizado es que todo estará bien con
el mariscal de campo, quien tuvo 31 touchdowns y
10 intercepciones en 15 inicios en el 2013. Sumen a
Bryant, Jason Witten, Murray y una línea ofensiva que
debe ser la mejor de la franquicia desde el 2007 y
podemos imaginar a la ofensiva consiguiendo yardas
y números a lo largo de la campaña.
En eso se debe recargar Garrett si desea ser el
entrenador en jefe de los Cowboys, o de otro equipo,
en el 2015. El problema es que Garrett debe confiar
en algo fuera de su control.
Una de las temáticas de Garrett en el 2013 era que
entraba a la temporada hasta entonces más
importante de su carrera como entrenador si la
capacidad de hacer lo que mejor hace --mandar a la
ofensiva-- porque Jerry Jones cedió esas
responsabilidades a Bill Callahan. Garrett no estará
mandando la ofensiva en el 2014 una vez más, pero
tampoco lo hará Callahan. Garrett al menos tiene a su
elegido, Scott Linehan, como encargado esta
temporada, así que es una leve ventaja para él.
La mejor noticia para Garrett es que si llega a los
playoffs, puede controlar su futuro.
Observando de manera objetiva lo que ha hecho
desde que tomara las riendas como entrenador en jefe de tiempo completo, han existido señales
positivas y errores que han costado juegos a los
Cowboys. La dirección general del equipo es mejor de
lo que era cuando asumió el mando. Troy Aikman dijo
en el actual receso de temporada que si Garrett no
regresa para el 2015, entonces el siguiente
entrenador en jefe se beneficiará de la base
construida por Garrett.
No hay muchos fuera de Valley Ranch que dan a los
Cowboys una oportunidad de competir en la NFC Este
en el 2014. Los Cowboys se fueron 5-1 en la división el año pasado y tuvieron a la peor defensiva de la
liga. Si son ligeramente mejores defensivamente este
año, ¿no podrían competir? ¿En qué momento se
convirtieron los Philadelphia Eagles, New York Giants
y Washington Redskins tales potencias?
Si los Cowboys se meten a los playoffs, ¿se volvería a
poner de moda el nombre de Garrett? ¿Echarían un
vistazo los demás equipos al desastre que heredó, el
modo en que mantuvo competitivo al equipo durante
la reconstrucción, cómo trabajo con el propietario y
gerente general Jerry Jones, y sería considerado bajo
una perspectiva distinta a la que se tiene de él ahora?
Quizás, y eso lo pondría en una posición de ventaja.
Garrett no hablará de su futuro sin importar cuántas
veces se le pregunte. Ofrece la misma respuesta
sobre mantenerse enfocado en ser el mejor
entrenador posible todos los días. Jones ha sido
paciente con Garrett y no le importa que el entrenador
entre a la temporada sin garantías. Jones quiere ver a
los Cowboys cosechar las recompensas de soportar
algunos de los errores de Garrett gracias a su
inexperiencia en sus primeras tres campañas.
Esta semana, Jones estará sentado junto a Garrett y
se le preguntará sobre el status a largo plazo del
entrenador en jefe. Profesará su fe en Garrett,
destacará lo que ha hecho en los últimos tres años y
hablará del potencial de postemporada para el 2014.
Si no llegan los playoffs tras esta campaña, entonces
todo se viene abajo.
Por esa razón, este año --el 2014-- es el más importante en la carrera de Garrett como entrenador.
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