Han pasado casi siete meses desde que Romo se sometió a una cirugía para repararle una hernia discal.
En su momento el hecho fue motivo de preocupación porque era la segunda operación que se le hacía en la espalda en menos de un año al mariscal, que ya iba para los 34 años.
Pero Romo insiste en que se siente bien. Aunque no participó en los ejercicios del equipo esta primavera, estuvo en el campo lanzando pases y recibiendo snaps.
No fue así en el 2013, cuando Romo estuvo inactivo durante las actividades organizadas y en el minicampamento.
“El año pasado a estas alturas apenas estaba empezando. Este año he tenido…. meses para tratar de sentirme en condiciones de jugar”, dijo.
“Ahora va a hacer más cosa de perfeccionar que de simplemente tratar de tener todo listo en cuatro, tres semanas”.
Por supuesto, al parecer no le afectó a Romo haber faltado a prácticas el año pasado.
El 15 juegos lanzó para 3,828 yardas y 31 touchdowns, donde solo 10 intercepciones mancillaron su hoja de estadísticas.
En el campamento de entrenamiento, Romo seguramente recibirá luz verde para hacer de todo, y el equipo cuenta con que su mariscal se revele tan bueno como lo fue en la pasada campaña.
Él es el motor de una ofensiva que tiene todo para ser una de las más fuertes de la NFL.
“Yo sé que está listo”, dijo Scott Linehan, coordinador de juego aéreo de Dallas.
“Los veteranos llegan a un punto en que hacen esto durante el receso de temporada. Es parte del negocio. Uno solo tiene que procurar estar mentalmente sintonizado, y él lo ha hecho muy bien”.
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