Alex Adán Cabrera
DALLAS -- Cuando comenzó la temporada, Jerry Jones estaba convencido por completo de que sus Dallas Cowboys estaban listos para competir por el Super Bowl.
Y para muestra basta un botón: Este martes fue por el mariscal de campo Matt Cassel en un canje con los Buffalo Bills, sin importar el costo.
El dueño y gerente general de los Cowboys más tardó en ver que Tony Romo salía lastimado que en pedirle al director de búsqueda de talento profesional, Will McClain, que le enseñara cualquier posibilidad de quarterback que pudieran conseguir.
Es un hecho que esperan y ruegan a todos los dioses del futbol americano que Brandon Weeden pueda cumplir al menos la décima parte de las expectativas que había cuando fue reclutado como 22 global en el draft de la NFL del 2012 por los Cleveland Browns.
Pero Jones, el entrenador Jason Garrett y toda la organización intentan minimizar cualquier riesgo de que el equipo se vaya para abajo, luego de que han visto caer a Romo, Dez Bryant y Orlando Scandrick.
Además de que Jason Witten y Ron Leary están en duda para enfrentar a los Atlanta Falcons este domingo por diversas lesiones.
Los Cowboys están a dos partidos de superar la primera prueba por ausencias. El ala defensiva Greg Hardy y el linebacker Rolando McClain van a la mitad de sus suspensiones.
La defensiva, al menos en los primeros dos partidos, ha parecido competitiva. De hecho, en Philadelphia lució impecable en todos los aspectos.
A la ofensiva, Weeden entró al relevo de Romo y jugó cuarto y medio como pocas veces ha hecho, si es que así fue alguna vez desde que llegó a la NFL. Completó sus siete pases y tomó muy pocos riesgos con el balón.
Entonces si parece que tienen un equipo completo ¿para qué arriesgar a que algo pase con Weeden y tengan que depender de alguien llamado Kellen Moore, quien nunca ha participado en una sola jugada oficial en la NFL?
El entrenador Garrett fue claro el lunes. Dijo que buscarían cualquier posibilidad de quarterback suplente que pudiera ayudar a mejorar el equipo.
También dijo de manera clara que Moore ha estado en el equipo de prácticas por tres semanas y fue contratado por si un día era necesario utilizarlo.
Hoy los Cowboys ruegan que Moore, a quien con seguridad activarán en las próximas horas para ser el principal suplente de Weeden contra los Falcons, nunca tenga que ingresar al campo de juego.
Igual con Matt Cassel. Tienen la esperanza de que nunca tenga que jugar; eso significará que Weeden está sano y/o haciendo el trabajo para el que fue contratado desde marzo del año pasado.
A Jerry Jones le importará poco si tira a la basura los 2 millones de dólares de salario que pondrán a los Cowboys contra la pared en el tope e incluso pueden convertirse en más de 4 millones, si Cassel cumple con incentivos que tenía en su contrato con los Bills.
Pero para su buena fortuna, los Cowboys por vez primera en mucho tiempo no estaban ahorcados en el tope salarial. Pudieron salir a buscar un quarterback con experiencia de juego en todos los niveles.
El dueño de los Cowboys parece que ha aprendido muchas lecciones, alguna dolorosas, como la rapidez con la que se cierran las ventanas de oportunidad en la NFL.
Cree que está ante un buen momento de competir por todo y quiere dejar los menos cabos sueltos.
La posición de quarterback es la más importante. Pero como saben todos, “en el planeta no hay 32 mariscales de campo bien calificados para jugar en la NFL”.
Este martes, los Cowboys probaron a cuatro quarterbacks desempleados, incluidos dos que ya ganaron millones de dólares y son relativamente jóvenes: Christian Ponder, novena selección global de la NFL en el 2011, y Matt Flynn, a quien los Seahawks le dieron el poder y dinero que perdió frente a Russell Wilson.
Sin embargo, al parecer ninguno les gustó y prefirieron ir por Cassel, quien conoce algo del sistema de Garrett, ya que estuvo un tiempo en Minnesota con uno de los maestros del hoy entrenador de los Cowboys, el coordinador ofensivo Norv Turner.
Jerry Jones sólo espera que sus Cowboys estén “aún vivos” cuando regresen Romo y Bryant a la ofensiva y para eso busca todas sus opciones permisibles.